Etapa de formación de la pareja
De acuerdo con Clavijo (2002), comprende entre la unión de la pareja hasta el nacimiento del primer hijo. Se presentan situaciones que deben considerarse, ya que cada uno en la pareja tiene características individuales y diferente formación de origen, que deberán conjuntar para la construcción de su nueva familia.
Etapa de desarrollo
Se enfoca únicamente en el periodo en que la pareja busca la expansión de su familia, es decir, la procreación.
Etapa intermedia (adolescencia de los hijos)
De acuerdo con Clavijo (2002), involucra el periodo comprendido desde el nacimiento del primogénito hasta que éste comienza a realizar una vida independiente. En este lapso, la vida en familia gira principalmente en torno a las funciones que la pareja ejerce como padres de familia, dejando un poco de lado sus intereses propios. Esto puede generar situaciones problemáticas en cuanto a la consolidación económica, profesional y afectiva de los dos, así como para lograr la independencia gradual de los hijos.

La adolescencia de los hijos, como bien lo refiere dicho autor —y que Tavera y Rodríguez (2010) clasifican como intermedia—, puede traer consigo problemáticas especiales ya que, además de que los padres se encuentran en una situación de múltiples compromisos y aspiraciones sobre su propia vida, resulta necesario que se responsabilicen de la familia y dirijan a los hijos hacia una emancipación tan sana como sea posible; incluso con la maduración y el desarrollo de los padres, dicha etapa también está marcada por diversas situaciones potenciales y desafíos.
Etapa de contracción
Para Vargas e Ibáñez (2006), los hijos se casan o se retiran del hogar, ya sea porque el ambiente que vivieron fue suficientemente seguro para promover su salida o porque deciden huir de un ambiente familiar asfixiante u hostil. Esto deja a la pareja sola, sin las ocupaciones que durante muchos años les demandó la crianza de sus hijos. Esta situación puede resultar problemática para la pareja, e incluso llegar a una ruptura en la relación si no aprendieron a convivir solos, resolver sus problemas y tolerarse.
Etapa de jubilación y retiro de la vida productiva
Para García y Delval (2010), puede definirse en ocasiones como una segunda luna de miel en la pareja, ya que ambos integrantes vuelven a pasar mucho tiempo juntos, reconocerse, valorarse y disfrutar de su mutua compañía. El tema de la salud cobra relevancia en la adaptación hacia esta etapa, y dependerá del estilo de vida que la pareja haya tenido. En este punto, pueden presentarse situaciones satisfactorias o de desengaño para la pareja (Melgosa y Melgosa, 2006). Por ello, es importante que ambos puedan renegociar su relación, mediante el planteamiento de nuevos objetivos, roles y actividades que cada uno llevará a cabo, así como un replanteamiento sobre cómo será su relación en pareja y con los amigos, entre otros.

Por su parte, Clavijo (2002) conjunta las etapas de contracción y jubilación, y las ubica entre la salida del hogar del primer hijo y antes de la muerte del primer integrante de la pareja. En este periodo, la pareja atraviesa por el envejecimiento, posibles enfermedades, nuevos proyectos de actividades y ocio, la pareja se convierte en abuelo y abuela (Tavera y Rodríguez, 2010), y el afrontamiento de la muerte de amistades generacionales.
Muerte de uno de los cónyuges y disolución
De acuerdo con Clavijo (2002), abarca el periodo de tiempo entre la muerte del primer miembro de la pareja original hasta la extinción física de ambos (no la extinción de la figura moral parental, ya que ésta continúa en los descendientes).

En esta etapa, los padres originales pasan de ser cuidadores de los hijos a ser ahora dependientes del cuidado de éstos últimos; cuando ha fallecido algún miembro de la pareja original, el sobreviviente experimenta situaciones de cambios, adaptación y duelo por la muerte del otro, así como la familia en general que experimentará situaciones difíciles en este caso y cuando ambos progenitores fallecieron.