La corteza cerebral es la sustancia gris que cubre la superficie de los hemisferios cerebrales. Se le reconocen tres componentes principales: el Arquicórtex, el Paleocórtex y el Neocórtex. Su espesor cortical, varía entre 1,5-4 mm según las zonas y se le describen entre dos y seis capas horizontales superpuestas.
El diencéfalo es una parte del cerebro que se sitúa en su región medial. Sus partes son el tálamo, el hipotálamo, el epitálamo, el subtálamo y la retina. Así mismo la glándula pituitaria o hipófisis está unida al hipotálamo, y el nervio óptico también conecta con el diencéfalo.
El tallo cerebral está formado por el mesencéfalo, la protuberancia anular o puente troncoencefálico y el bulbo raquídeo o médula oblongada. Es la mayor ruta de comunicación del cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos. También controla varias funciones incluyendo la respiración, regulación del ritmo cardiaco y aspectos primarios de la localización del sonido. Está formado por sustancia gris y blanca.
El cerebelo es una región del encéfalo cuya función principal es integrar las vías sensitivas y las vías motoras. Existe una gran cantidad de haces nerviosos que conectan el cerebelo con otras estructuras encefálicas y con la médula espinal. El cerebelo integra toda la información recibida para precisar y controlar las órdenes que la corteza cerebral envía al aparato locomotor a través de las vías motoras.
Los ganglios basales o núcleos basales son un grupo de núcleos o masas de sustancia gris (acumulaciones de cuerpos o somas de neuronas) que se hallan en la base del cerebro, entre las vías ascendentes y descendentes de sustancia blanca.
La médula espinal es un largo cordón blanquecino localizado en el canal vertebral, encargado de llevar los impulsos nerviosos a los 31 de nervios raquídeos, comunicando el encéfalo con el cuerpo mediante dos funciones básicas, la aferente: en la que son llevadas sensaciones del tronco, cuello y las cuatro extremidades hacia el cerebro, y la eferente: en la que el cerebro ordena a los órganos efectores realizar determinada acción, llevando estos impulsos hacia el tronco, cuello y miembros. Entre sus funciones también encontramos el control de movimientos inmediatos y vegetativos como el acto reflejo, el sistema nervioso central, simpático y parasimpático.