Primer componente

Tiene que ver con los sistemas neuronales asociados con el mantenimiento del nivel de alerta es la formación reticular, aunque también están implicados otros núcleos del tallo cerebral, como el locus coeruleus; estructuras subcorticales talámicas y la corteza del cíngulo anterior (Petersen y Posner, 2012). En un nivel macroestructural se ha relacionado al hemisferio derecho con el sostenimiento de la vigilia; mientras que funcionalmente se caracteriza por una mayor desincronización del Electroencefalograma (EEG) caracterizado por oscilaciones cerebrales rápidas de baja amplitud (Jodar et al., 2013).

Segundo componente

Es el sistema neuronal es el de la atención orientada que hace referencia a la atención selectiva en el que juegan un papel importante el núcleo pulvinar del tálamo, los colículos superiores y regiones corticales parietales y frontales. En 2002, Corbetta y Shulman distinguieron dos redes cerebrales interrelacionadas que contribuyen de manera diferencial al procesamiento de la atención orientada: la atención exógena y endógena.

Tercer componente

La tercera red ejecutiva hace referencia a la atención focalizada, en la que se encuentra implicado el control activo del comportamiento también desde un nivel de procesamiento top-down; este sistema se pone en operación ante tareas de procesamiento de recompensas, el monitoreo y resolución del conflicto y la detección del error. A esta red se le atribuye un papel importante del lóbulo frontomedial y a la corteza cingulada anterior, así como estructuras subcorticales como los ganglios basales y el tálamo (Petersen y Posner, 2012).